#miTNF: El huevo o la gallina
Me llamo Judith Sáenz de Tejada. Soy ilustradora, diseñadora y escribo libros. Por lo tanto, debo de comenzar mi historia de esta manera:
Había una vez una chica que sus médicos diagnosticaron que tenia Hepatitis C.
Debido a mi edad, recomendaban tratarlo con Interferon y Ribavirina en el 2013. Sabía que iba a ser un año muy duro, pero estaba preparada para afrontarlo! Al terminar el tratamiento en el 2014, además de lo que decía mi médico de digestivo y por pura lógica, yo comenzaría a encontrarme mejor al no pincharme los medicamentos. Pues no! No solo no fui a mejor, sino en caída libre. Rebotando de un medico a otro y con una incertidumbre tremenda..Hasta que llegaron a la conclusión que esto había “despertado” Fibromialgia y Fatiga Crónica.
Claro, como cualquier ser humano chequeas que son esas enfermedades en internet y preguntas a las personas que “crees” que pueden saber del tema.
Nunca hay que hacerlo!
Lo mejor es buscar un medico que te escuche y confiar en él!.
Pastillas, pastillas y más pastillas… y me iba encogiendo como un platico que quemas. Usaba bastón y siempre estaba fatigada.
Como cualquier ser humano que quiera sobrevivir, me adapte a las circunstancias con ayuda de acupuntores, fisioterapia y meterte a descansar cuando el cuerpo me lo pedía, que era mucho tiempo…..
Pero en los cuentos siempre hay una parte “oscura” antes de llegar al final. Cuando creo que he aceptado “esto es lo que hay” y tengo que continuar, comienza la parte que me produjo más miedo.. Temblores, horas de toser, no veía de un ojo, me desplomaba continuamente y lo peor de todo la incomprensión de los que consideras amigos que piensan que te lo inventas… frases como has bebido, o soy una pesada por no recordar las cosas, me iban minando. Ya estamos en el 2017. Episodios disociativos, olvidar cosas ocurridas recientes, etc.. Medicos, médicos y mas médicos.
Ahora comienza el 2018. Pueden ir las cosas peor…pues si! Llegue a tener tanto temblor en el brazo derecho que por supuesto no podía dibujar, y evitaba las comidas con gente porque mi tenedor parecía un cohete. Mi terror era que mi padre había comenzado con los mismos síntomas y le diagnosticaron una enfermedad rara….
Pero comenzamos la parte buena de esta historia: Mi madre, con 89 años, recordaba la visita que hicimos a un magnifico neurólogo en San Sebastián que diagnosticó a mi padre.
Hija, me decía, no puedes continuar así… no intentes decirme que te has puesto a régimen para no comer delante mío.. Hay que ir a ver a ese médico inmediatamente!
Y mira por donde que el médico se acordaba de mi padre. Y fue verme y hacerme unas pruebas, y decirme…tienes esta enfermedad llamada trastorno del Movimiento Funcional.
Lo que hace el ser especialista!
Te voy a grabar en video y se lo voy a mandar a tu neurólogo (el cual me “sugirió” ir a la unidad de salud mental porque decía que me inventaba los síntomas….) y a la persona más experta que hay en España que trabaja con un método “multidisciplinar” (psiquiatras, fisios, logopedas, etc..).
Y aquí comienza la parte final de esta historia!
Confié en él, me dieron cita en esa clínica con la doctora especialista, me explicaron lo que me pasaba y que tenía que empezar inmediatamente el tratamiento.
Me quité una losa de 10,000 kilos de mi espalda! Todo se entiende.. los ojos, los temblores, la fatiga, la tos,….. Pensé en ese momento: es un cuento de ciencia ficción!
Fueron unos meses duros de tratamiento! Tienes que trabajar cuerpo y mente! Y lleva su tiempo. En el momento en el cual entiendes tu enfermedad, ya no eres el “extraterrestre”.
Hay unas personas que me entienden! Pensé…Qué suerte he tenido!
A la doctora especialista recuerdo que la pregunte: Pero no puede ser que la fibromialgia,la fatiga crónica con las que comencé mi calvario sea realmente esta enfermedad el TMF?
Que es antes? El huevo o la gallina?
Qué más da!
Lo importante era aprender a trabajar con unas herramientas para tener una buena calidad de vida.
Volví a dibujar, diseñar y trabajar en lo que me gusta! Y si un día no puedo, pues mañana lo hare!. Hay que trabajar tu cuerpo y mente todos los días…pero cada día cuando abro un ojo, me digo la misma frase:
Esto no me va a vencer!
Y colorín colorado, esta historia se ha terminado.